Cambiar paradigmas

Una amplia zona de conflicto social, en la calle hay todos los días uno publicado y en muchas familias uno no publicado, y resulta por lo menos, llamativo.
Llámese bloqueo, corte, paro, movilización, alerta, o como sea, lo negativo del hecho está planteado en el proceso mismo de buscar cierto resultado.
Cada acción (medida de fuerza) supone un beneficio a conseguir pero no contempla que esa misma acción ya es un perjuicio. La conflictiva social, como la familiar e interpersonal, es perniciosa por el solo hecho de existir.
Y significa una manera de pensar y de vivir. Un marco:


-Estimula el descontento sin cauce, estancado, o "porque soy así".
-Sin mecanismos sociales o internos de las relaciones que favorezcan la resolución de conflictos ni instituciones correspondientes; la atraviesa la misma manera de pensar y de actuar.
-Una filosofía de la autodestrucción.
-La palabra y la argumentación se han dejado de lado para recurrir a la confrontación como método, contribuyendo a la dispersión social.
-Una sugerencia velada que se opone a la cooperación porque "prefiere" el conflicto.
-Dependencia de otros para el desarrollo propio; a manera infantil o del neonato amamantado.
-Renuncia al crecimiento para llamar a atención sobre el propio ombligo.
 

En este marco la confrontación es estructural incuestionable, monopolizada, obstructiva y recurrente. Incluye la idea dogmática de que la violencia se suprime con otra violencia y, como broche, sostiene la idea perimida de ganar-perder en las relaciones humanas. Por consecuencia las nuevas ideas no prosperan.
Se hace del conflicto un culto perdiéndose la posibilidad, la cual va dando -permanentemente- nuevas oportunidades, de vivir en armonía.
La excusa para seguir así es el rencor que cada uno prefiere conservar adentro antes que liberarse de él.
Aquí es donde se encuentra la diferencia de vivir en base a la cooperación o a los cascotazos.

Decisión que toma cada persona.

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